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El crecimiento del PIB de Sudáfrica se ha debilitado hasta alcanzar un promedio de 1.1% en los últimos cinco años debido a la falta de fiabilidad de las reformas estructurales en el sector de la energía y a la rigidez del mercado laboral. Después de una tasa de desempleo récord del 30% y una contracción económica del 1.4% en 2019, las perspectivas de crecimiento siguen siendo inciertas y muy vulnerables a una combinación de la pandemia del COVID-19 y otros factores relacionados con las limitaciones del suministro de electricidad y la crisis financiera en las principales empresas estatales. Se proyecta que el PIB se contraiga entre un 6.3% y un 7.5% para 2020, dependiendo de la duración de la pandemia. Se espera que el país entre en una crisis fiscal con presiones presupuestarias preexistentes que surgen de la elevada deuda y las empresas estatales, junto con la baja recaudación de ingresos relacionada con la pandemia. Esta situación podría elevar el déficit presupuestario a más del 12% del PIB en 2020; sin embargo, se espera que el déficit de la cuenta corriente se amplíe de forma moderada, entre un 3.5% y un 3.9% del PIB, gracias a la posición del país como exportador neto de capital.
Antes de la pandemia, las reformas estaban abordando las limitaciones estructurales para el crecimiento económico y la creación de empleo. Una de ellas consiste en reestructurar la empresa de servicios públicos Eskom para reducir el mayor riesgo que su deuda supone para el tesoro. Otras reformas incluyen la asignación del espectro de telecomunicaciones, la eliminación de barrearas a la inversión minera y la revisión de los requisitos de visado para impulsar el turismo. Además, el gobierno estaba tomando medidas para mejorar la inversión, revitalizando los municipios y los parques industriales. Ante la situación de crisis actual es probable que estas reformas se aplacen.
La economía sudafricana muestra la estructura típica de un país desarrollado, donde predominan los servicios con un 67% del PIB aproximadamente, una participación del sector secundario que supone cerca del 30% y un sector primario apenas significante. Es una economía abierta que presenta un déficit por cuenta corriente bajo, ya que tanto las exportaciones como las importaciones se sitúan en niveles similares. En los últimos años los intercambios con China han aumentado de forma considerable, mientras que con India lo han hecho en menor medida. Aunque en niveles muy bajos, los intercambios con el resto del continente también parecen ir en aumento, en especial las exportaciones. Después de China, los principales destinos de las exportaciones sudafricanas son Estados Unidos, Alemania, Botsuana, Reino Unido y Japón. En la relación de clientes, después de China se sitúa Alemania, seguido de Estados Unidos, Nigeria e India. Los hidrocarburos representan las principales importaciones del país, además de la automoción y la maquinaria. En relación con las exportaciones destacan diversos minerales, pues es un país que goza de ricos yacimientos de distinto tipo. Destacan el oro, el platino, el hierro y el carbón. Además, exporta metales y vehículos.
La escasez de habilidades, los desafíos del sector de la salud, la débil competencia de los productos nacionales y la adopción limitada de las tecnologías de la información y la comunicación, ahora exacerbados con la pandemia, hicieron que la posición de Sudáfrica en el ranking de competitividad global se redujese drásticamente en los últimos años. Por otro lado, los vínculos de la cadena de valor entre la minería y la manufactura son débiles, ya que Sudáfrica exporta la mayor parte de sus recursos minerales. Esto a su vez expone al país a las perturbaciones recurrentes de los precios mundiales de los productos básicos. El débil crecimiento global, las tensiones comerciales mundiales y la volatilidad de los precios de los productos básicos también plantean riesgos para la economía sudafricana. Además, la elevada factura salarial del sector público, el escaso rendimiento de las empresas estatales y los programas sociales, incluido el seguro médico nacional, ejercen presión sobre el presupuesto. Sudáfrica se beneficiaría más si fabricara para los mercados africanos.
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Fuentes: ICEX y African Economic Outlook