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Viajamos a… Namibia: el hogar de los himba

2012

En el idioma herero, Opuwo significa "el final", un nombre bastante acertado para una de las poblaciones más remotas y salvajes de Namibia. Situada en el noroeste del país, es la capital de la región del Kaokoveld, un lugar de colinas áridas, aisladas, polvorientas. Tan solo una carretera llega hasta allí, una traqueteante pista como casi todas las de la región. Y eso gracias a que la South African Defense Force (SAFDF), en los tiempos en que Namibia estaba anexionada a Sudáfrica, las construyó para defender su país frente a la amenaza comunista del vecino del norte, Angola. Hoy, con todo, sigue siendo una de las regiones menos desarrolladas del país y, para muchos, uno de los rincones más vírgenes del sur del continente. Llegar hasta esta ciudad sigue siendo hoy como llegar al final del camino. Uno muy polvoriento, eso sí. Aunque "las cosas ahora han cambiado mucho" nos comenta Enrico, un italiano que se enamoró del lugar y que reside en él desde hace diez años. "Fue la llegada de la electricidad la que cambió todo. Antes la noche era silenciosa, se iba el sol y el ritmo caía. No había supermercado, ni gasolinera, ni bares...". Oyéndole, cuesta creer que haya cambiado mucho en tan poco tiempo, pues Opuwo sigue siendo un pueblo, tirando a grande, pero no mucho más de una agrupación de pequeñas casas redondas, tranquilo casi somnoliento, con solo un par de calles asfaltadas (parcialmente) y ninguna construcción de más de dos pisos... Eso sí, cuenta con tres ruidosos bares que por la noche atraen poderosamente a la población.