Desde hace años, África experimenta un impulso tecnológico imparable en diversas vertientes.
El auge de los centros tecnológicos –conocidos como tech hubs– y el crecimiento del dinero móvil como forma de pago son solo dos ejemplos de cómo la tecnología se encuentra cada vez más al servicio de la población. Países como Kenia, Ruanda, Sudáfrica o Nigeria son en la actualidad hervideros de ideas sobre cómo el uso de la tecnología digital puede mejorar la vida de la población, especialmente la de las personas que luchan por salir de la pobreza.
En los próximos años será necesario que la sociedad civil, las universidades, el sector privado, las instituciones financieras y el sector público intensifiquen su colaboración para fomentar el desarrollo y la implementación de nuevas ideas, haciendo hincapié en identificar y vencer las barreras del acceso de la población a las nuevas tecnologías.