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La inauguración de Casa África presenta un amplio programa de actividades culturales

12/06/2007

El acto de inauguración de Casa África se celebró el martes 12 de junio, a las 20.00 horas en el Paraninfo de la Universidad de Las Palmas de Gran Canarias. Junto al acto oficial, Casa África ha preparado dos eventos culturales. Uno es la exposición Áfríca Plural: 3 +3, que acogerá en sus instalaciones a partir del jueves 14, y la otra, el concierto inaugural, que trajo hasta la plaza de Santa Ana de la capital grancanaria a Babacar Dieng & Diengoz y Cheikh Lô.

La sede de Casa África, en Las Palmas de Gran Canaria, acogerá desde el jueves 14 de junio hasta el 17 de agosto la exposición África Plural: 3 + 3, cuya inauguración coincidió con la de sus instalaciones. Ambos actos estuvieron presididos por los Reyes de España, Don Juan Carlos I y Doña Sofía.

Estructurada en cuatro salas, esta exposición comisariada por la experta en arte africano, Danielle Tilkin, contará con noventa y seis obras, entre pinturas, esculturas y fotografías, de seis reconocidos artistas. La exposición presentará, por un lado, la obra de tres artistas residentes fuera del continente: Pélagie Gbaguidi, (Dakar, 1965), originaria de Benin y con residencia en Bruselas; Emeka Udemba, (Nigeria, 1968) residente en Alemania, y Outtara Watts, (Costa de Marfil, 1957) que, actualmente, vive en Nueva York.

Por otro lado, mostrará la obra de tres reconocidos fotógrafos: el de más edad, Seydou Keita (1921-2001), vivió en Bamako, donde realizó magníficos retratos de sus compatriotas de la época post-colonial. Djibril Sy (Senegal, 1950) reside en Dakar y trabaja como reportero gráfico para la Agence Panafricaine de Presse. Finalmente, Obie Oberholzer, (Sudáfrica, 1943) vive en Grahamstown y viaja por el continente retratando la única y a menudo desconcertante realidad de sus gentes.

A través del trabajo de estos seis artistas, Casa África quiere ofrecer al público una aproximación a la creación y a la vida contemporánea, en el África Subsahariana. Esta muestra, está concebida como tres exposiciones individuales, para evitar las generalizaciones habituales acerca del "arte africano". Así, cada artista tendrá la posibilidad de ofrecer una visión más coherente de sus indagaciones, de su dominio de los medios y del lenguaje plástico.

La sala Kilimanjaro recogerá los tres grandes óleos de Ouattara Watts; mientras que la sala Sahel mostrará las obras de los fotógrafos Seydou Keita y las escenas de la vida cotidiana, tomadas por Djibril Sy y Obie Oberholzer. La sala Níger mostrará dos series de fotografías (Monumentos y Black Men, Paris) y algunas esculturas, todas ellas obras de Emeka Udemba y los óleos, acuarelas y fotos del “Código Negro” de Pélagie Gbaguidi.

Los seis artistas invitados han destacado, en su trayectoria, por su reflexión sobre temas de la identidad, el desplazamiento, la herencia histórica y la globalización. De ellos, los tres fotógrafos, siempre han vivido o continúan viviendo en el continente africano. Los otros tres lo hacen en la diáspora. Sus obras han sido expuestas internacionalmente en galerías, museos y bienales.

Emeka Udemba

"Exploro la carga de la historia y la tradición en un sentido universal general,  creando obras que no sólo están basadas en mi experiencia, sino también en la experiencia del espectador. Mi intención es trascender nuestra percepción de la forma y el espacio, devolviendo los principios de la flexibilidad y la mutabilidad que pertenecen al mundo de la naturaleza a la construcción humana; cruzar puentes y hallar asociaciones, fusionando las leyes y las dimensiones en una única realidad, una visualización de una locura creativa", afirma Emeka Udemba. Y estructura este discurso mediante instalaciones, esculturas y pinturas, sin olvidar la fotografía, que se presta especialmente a su trabajo sobre el tiempo y la memoria. A menudo, concibe su lectura mediante series y yuxtaposiciones de imágenes, porque éstas le permiten acotar la verdad con mayor precisión, sin desvelar, de inmediato, la narración.

El contenido político y social es omnipresente en la obra de Udemba, y su trabajo versa a menudo sobre los modos de representación y su significado, en particular cuando caen en lo documental, el cliché o el estereotipo. La ironía es una herramienta subversiva que utiliza con generosidad, con mayor frecuencia cuando sale a escena en lo que él describe como "un esfuerzo consciente por adaptarse a un nuevo mundo".

Pelagie Gbaguidi

"En mi caso, sacar al "monstruo" del olvido me ha obligado a posicionarme con relación a la historia de África, y al hacerlo, a participar en la transmisión de nuestra historia contemporánea”, declara Pélagie Gbaguidi. En 2004, cuando se encontraba en Nantes como artista residente, encontró en una feria un ejemplar del Code Noir (Código Negro). No se trata de una mera casualidad, porque pronto descubrirá que la ciudad de Nantes desempeñó un importante papel en la trata de negros, puesto que fue allí donde se construyeron los barcos que partieron hacia África para embarcar a los esclavos en los siglos XVII a XIX. Decretado en Versalles por Luis XIV en marzo de 1685, el "Código Negro o Recopilación de edictos, declaraciones y fallos relativos a la disciplina y al comercio de los esclavos negros de las islas francesas de América" no fue revocado hasta 1848, año en que se abolió la esclavitud. El impacto de su lectura y las imágenes que obsesionan a la artista dan forma a todo un corpus de dibujos, pinturas y fotografías que, bajo un mismo título, "tratan de crear una dinámica entre el olvido y el presente, en este caso, la trata de negros y la coyuntura política y cultural del lugar que ocupan los negros".

La propia artista concluye: "Después de meses de inmersión, me he dado cuenta de que ha llegado el momento de desmitificar la esclavitud como un fenómeno único que sólo afectaba a la raza negra, y de contemplarlo más bien como una parte del patrimonio universal. A ello me ha ayudado el hecho de atribuir a los problemas de racismo y xenofobia, pasado y presente, norte/sur o este/oeste un origen fundamentalmente económico".

Ouattara Watts

"El único continente o país de un pintor es la pintura, y punto. Es como un escudo, es el guardián de la espiritualidad y, por tanto, de la vida" . Las relaciones entre el hombre y el cosmos son lo que más preocupa a Ouattara. De origen senufo, se inició desde muy niño: la magia, aquella que mantiene una relación con lo invisible, con los muertos y los espíritus, es una parte indisoluble de su vida. Su pintura alberga un rico repertorio de formas zoomorfas, de signos y de símbolos en los que la memoria y el presente se entrecruzan en una síntesis, cuyas claves adivinatorias sólo él posee. Nació en África pero, al igual que Pélagie Gbaguidi y Emeka Udemba, optó hace años por vivir fuera del continente y, en su opinión, su trabajo "mezcla necesariamente un sistema de símbolos ancestrales, universales, con otros símbolos ligados a una realidad contemporánea occidental".

Obie Oberholzer

"El recuerdo está en el viaje, no en la fotografía. Está en lo que vives, en lo que ves, en las personas con las que hablas". Obie Oberholzer es un narrador nato y vagabundo por naturaleza. Pasa la mitad de su vida en la carretera, solo con su cámara de fotos, o en el cuarto oscuro, esforzándose por resucitar los rostros y las anécdotas que infaliblemente atribuirá a cada imagen. Con humor y una curiosidad inagotable, nada le detiene cuando recorre los paisajes en busca de un más allá donde queda especialmente cautivado por lo extraño, lo espontáneo, lo inesperado y las coincidencias fortuitas que su ávida mirada nunca pasa por alto."

Djibril Sy

El punto de partida del trabajo de Djibril Sy lo encontramos en la vida diaria y en la sociedad. Enfoca su cámara para captar instantáneas de la vida de la comunidad, interrogante o en ocasiones acusador. Su mirada es comprometida y sus fotografías son muy reveladoras de las  esperanzas, los sueños, las ambiciones y las luchas de cada persona por un presente feliz y digno, más allá de las dificultades de la vida diaria. El campo, las fiestas, los niños y, sobre todo, las mujeres son sus temas favoritos, que plasma en imágenes vivas y vibrantes.

Seydou Keita

Los retratos de Seydou Keita ilustran una época, la de la afirmación de una identidad, una presencia, un estilo de vida, pero también de cambio. Fallecido en 2001, fotografió la burguesía emergente de su ciudad natal, Bamako, desde el final de los años cuarenta. Se trataba principalmente de funcionarios o comerciantes, y se labró una reputación tal que incluso el primer Presidente de la República acudió a su estudio. “En aquella época, la cultura de nuestros antepasados empezaba a deteriorarse: los habitantes de la ciudad vestían a la europea, bajo la influencia de Francia. Pero no todo el mundo podía vestirse así. En el estudio, tenía tres trajes europeos distintos, con corbata, camisa, zapatos, sombrero... todo. Y también accesorios: estilográficas, flores de plástico, un aparato de radio, un teléfono, que ponía a disposición de mis clientes”. La armonía de la puesta en escena, los detalles de la pose, las joyas, las manos, la exuberancia de las telas imprimían una gran elegancia a la sencillez de la composición. Si a eso añadimos las expresiones reservadas o en ocasiones tímidas que acentúan la importancia del momento, es fácil entender el lugar que había llegado a ocupar la fotografía.

Concierto inaugural

Casa África ofrececió con motivo de la inauguración de su sede un concierto gratuito, en la Plaza de Santa Ana, a partir de las 22.00 horas, protagonizado por Babacar Dieng & Diengoz y Cheikh Lô. El primero en subir al escenario fue Babacar Dieng & Diengoz. Las voces, la danza y las percusiones africanas se unieron en los frenéticos espectáculos de la familia senegalesa Dieng, que integran esta formación, liderada por el compositor, cantante y percusionista Babacar. En su repertorio, los ritmos tradicionales de África Occidental, se combinan con melodías y estilos más actuales.

Babacar Dieng, director y fundador de Diengoz, es un prestigioso percusionista, compositor y cantante, de la ciudad de Louga, (Senegal). Pertenecientes a una familia de griots, de larga tradición musical y alto reconocimiento en su país, su abuelo fue “gran tambor de Senegal”; su padre Mamadou “primer griot de Senegal”; su madre, Diakher N’díaye con grandes dotes artísticas y pedagógicas, es cantante y preserva y transmite su cultura: las canciones, la historia, las leyendas y las tradiciones de forma oral.

Babacar Dieng, ha sido músico de Yossou N'Dour, en sus giras por África y ha colaborado con algunos de los más prestigiosos músicos de Senegal, como Baaba Maal e Ismael Loo. En 1988, fundó el grupo Diengoz, en su ciudad natal y comenzaron a actuar en fiestas locales, recorriendo posteriormente, todas las ciudades de su país. En 1989, se trasladó a Francia, en donde permanecieron dos años, con actuaciones en el Festival Francophone y en el de Angouleme. En 1991 regresaron a su país y fueron invitados a participar en el festival de Monastir, en Túnez. En 1993, realizaron una gira por Senegal, en beneficio de la O.N.G. “Village S.O.S”, que trabaja para los niños huérfanos y abandonados de Senegal. En 1995, Babacar Dieng & Diengoz, llegó a España, en donde residen actualmente, realizando giras y actuando por Europa, en festivales como Reggae Madrid; World Music Ibiza; Reggae de Barcelona y Almagro en Ciudad Real, etcétera.

Tras esta actuación, Lô y junto a él, en el escenario, Baye Mahanta Diop a la guitarra; Arona Barry al teclado; Samba N'Dokh N’Diaye a la percusión; Daouda N'Diaye a la batería y Thierno Sarr al bajo. Hombre de espíritu libre y profunda religiosidad, Lô es un digno heredero de Yossou N'Dour, el más reconocido de los músicos senegaleses, en sus canciones, nacidas de una verdadera y sincera fusión, se entremezclan los sonidos de Burkina Faso, de donde es originario, Mali, Congo, Cuba y Brasil, con estilos como el reggae o el funk. Discos como Ne La Thiass, Bambay Gueej y Lamp Fall lo han consolidado como uno de los más firmes representantes de la música africana contemporánea.

El músico ha dedicado su música y su vida a Baye Fall, una variante senegalesa del Islam, que es parte de la fraternidad islámica del Moridismo. Nació en 1955, en la ciudad de Bobo Dioulasso, en Burkina Fasso. Sus padres naturales de Senegal, le influenciaron desde muy temprana edad en la música, ya que su padre tocaba la guitarra y la batería y escuchaba desde rumba congolesa a música cubana. Con veintiún años, empezó a tocar percusión, con la Orquesta Volta Jazz, en Bobo Dioulasso. En 1970, se trasladó a Dakar y comenzó a tocar la batería junto al conocido artista Ouza. En 1984, se unió a la banda del Hotel Savana, en donde tocaba la batería y cantaba. En 1985, se trasladó a Francia y tocó durante dos años en club de sesión en la capital. En 1989, conoció a Youssou N'dour y surgió una estrecha relación profesional y de amistad. En 1990, Lô publicó su primer trabajo discográfico Doxandeme ('Inmigrantes'), en donde cantaba su experiencia de ser senegalés en ultramar. Con este disco ganó el premio Nouveau Talent en Dakar y al año siguiente empezó a trabajar en los temas de Ne La Thiass, su segundo disco.

Lô contó con Youssou N’Dour en los temas Guiss Guiss y Set y con músicos del Super Etoile de Dakar; Oumar Sow a la guitarra y arreglos, Babacor Faye a la percusión y Assane Thiam al tambor tama. En 1997, Lô realizó su primer tour europeo y fue nominado como artista revelación, en los premios Kora, en Sudáfrica. En 1998, estuvo de gira por Estados Unidos, como parte de África Fête y en 1999 recibió el prestigioso Ordre Nacional de Mérite de Léon del presidente de Senegal. En 1999, editó Bambay Gueej, coproducido por N’Dour y Nick Gold y que contó con la influencia de sonidos de Burkina Faso, Malí, Congo, Cuba, reggae y funk africano. En este trabajo contó con invitados muy especiales, como Richard Egües a la flauta y Bigga Morrison de Aswad al órgano. En 2002, participó en varios festivales en los Estados Unidos y realizó giras por Europa. A principios de 2003 ofreció varios conciertos en los festivales de WOMAD en Australia y Nueva Zelanda.

Su cuarto disco, Lamp Fall es, quizás, el lanzamiento más reflexivo de la personalidad de Cheikh Lô. Incorporó los ritmos upbeat brasileños, un groove senegalés, un sentido de calor colorista y divertido y un funk, que es claramente de Cheikh Lô.

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