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Guinea

La información reflejada en esta ficha ha sido revisada en enero 2025 por Jaume Portell, periodista especializado en economía y relaciones internacionales, en una actividad cofinanciada al 85% por fondos FEDER en el marco del proyecto AfricanTech (1/MAC/1/1.3/0088) dentro de la iniciativa INTERREG VI D MAC 2021-2027 

 

Cuadro macroeconómico:

El PIB de Guinea creció un 4% en 2022 y creció todavía más en 2023, por encima del 5.7%, según el African Economic Outlook de 2024. Los principales motores de este crecimiento son la agricultura y la minería. La mina de Simandou tiene el potencial para convertirse en la mina de hierro más productiva del mundo, y los depósitos de bauxita son los más abundantes del planeta, según el US Geological Survey. Ambos minerales serán clave para la transición energética, pero su explotación ha provocado desplazamientos de población y dañado la biodiversidad del territorio. El gobierno guineano tiene participaciones en los principales proyectos mineros, que cuentan con inversión de empresas mineras como la estadounidense Alcoa o la australiana Rio Tinto. El PIB del país se ha disparado en la última década hasta los 21 000 millones de dólares.

Deuda y moneda:

En 2012 el servicio anual de la deuda de Guinea fue de 127 millones de dólares, según las estadísticas del Banco Mundial. En 2025 será de casi 700 millones de dólares, y se mantendrá por encima de esa cifra hasta 2028. El servicio anual de la deuda, según UNCTAD, representa el 5% de los ingresos del gobierno. Los acreedores de Guinea son multilaterales y bilaterales, con poca presencia del sector privado. El principal prestamista es China (27%), seguida del Banco Mundial (15%) y del Fondo Monetario Internacional.

La moneda local, el franco guineano, ha ganado valor desde 2017, y se sitúa alrededor de los 8600 francos guineanos por dólar. Un deterioro en los términos de intercambio -la caída de precio de algunas de sus exportaciones, unida al aumento de precio de algunas de sus principales importaciones- cambiaría esta dinámica de estabilidad monetaria. Las nuevas exportaciones de hierro procedentes de Simandou deberían contribuir a estabilizar el valor de la moneda.

Importaciones y exportaciones:

Las exportaciones de Guinea (más de 11 000 millones de dólares en 2025, según las proyecciones del FMI) dependen prácticamente en exclusiva del sector minero, que también influye en el apartado de las importaciones -la maquinaria para explotar las minas se compra en el extranjero. Según el FMI, esta tendencia se mantendrá estable hasta el 2027, con una proporción del 90% de las exportaciones dependiendo del sector minero.  Más del 80% de sus exportaciones acaban en China, India o los Emiratos Árabes Unidos.

La producción agrícola es insuficiente para alimentar a toda Guinea, y el 90% de esa producción es de subsistencia. Por ese motivo, una parte de las importaciones son los alimentos (arroz, trigo o cebollas). La minería también implica importaciones de bienes intermedios y maquinaria que en 2025 representarán más de la mitad de las importaciones. Casi un 40% de esas importaciones vienen de China, con India en el segundo lugar con un 10%. La mayoría de la gasolina importada de Guinea procede de los Países Bajos, el país europeo del que importan más productos.

Electricidad:

Según la Agencia Internacional de la Energía, solo el 17% de la población guineana tiene acceso a la electricidad, y un 96% de los guineanos no tiene acceso a una instalación de cocina limpia. En una década Guinea ha multiplicado por cuatro su generación de electricidad, que seguirá subiendo a medida que se pongan en marcha más proyectos mineros. La mayoría es de origen hidroeléctrico. El reto será que las infraestructuras que acompañen esos proyectos mineros puedan beneficiar a la mayoría de la población.

Defensa:

El gasto anual en material de defensa fue de 456 millones de dólares en 2023, según SIPRI, un instituto sueco especializado en el comercio de este tipo de productos. La cifra de 2023 representa un 13.82% del gasto del gobierno, y se ha incrementado notablemente desde el golpe de estado de 2021. El principal proveedor de Guinea desde el año 2000 hasta hoy ha sido Ucrania.  

Demografía:

En 1990, 7 de cada 10 guineanos vivían en las zonas rurales, una cifra que ahora es del 62%, en un proceso de urbanización más gradual que el de otros países de su entorno. La región de Boké, que está viviendo el auge de la minería de bauxita, concentra a cada vez más población; y los asentamientos alrededor de las explotaciones mineras son crecientes. Guinea ha pasado en estas últimas tres décadas de tener 6.3 millones de habitantes a superar los 14 millones. La esperanza de vida ha aumentado de los 47 años de 1990 hasta los 59 años en 2022. La mitad de la población tiene menos de 19 años.

Innovación tecnológica:

En Guinea Conakry el acceso a Internet era muy limitado en 2010: apenas un 1% de la población lo utilizaba, según los datos de la International Telecommunication Union. En 2022 ya lo utilizaba un tercio de la población, en la misma línea que sus vecinos de la región de África occidental.

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