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Marruecos

El crecimiento del PIB marroquí continúa la senda de la desaceleración, situándose en el 2.9% en 2019, pero las perspectivas económicas a medio plazo son positivas y se espera una recuperación para 2020-2021 de entorno el 3.7% y 3.9% del PIB, aunque caben esperar cambios ante la crisis del coronavirus. Los efectos del estrés hídrico en el sector agrícola, que emplea aproximadamente a la mitad de la población, junto con el lento crecimiento de la zona euro, principal socio comercial de Marruecos, han contribuido a esta desaceleración. No obstante, desde 2013 se estima una mayor diversificación de las exportaciones a nivel mundial. La participación del sector secundario en el PIB se ha mantenido constante en un promedio de 26.1%, mientras que la participación en agricultura se estancó en el 12.4% aproximadamente, a pesar del Plan Verde de Marruecos para promover la agricultura y vincularla más a la industria. Esta composición del PIB que se resiste a los cambios refleja la baja productividad tanto del sector agrícola como el de la industria. El déficit fiscal se sitúa en el 3.6% del PIB para 2019 y se espera una reducción para los próximos años con un mejor desempeño fiscal y control del gasto. El déficit de la cuenta corriente, que se situó en el 5.5% en 2018 debería caer de forma gradual para los próximos años. La inflación proyectada para 2020-2021 se sitúa en el 1.0%.

Con el fin de liberalizar su economía y adaptarse a la progresiva puesta en marcha de la Zona de Libre Comercio con la UE, Marruecos ha realizado reformas destinadas a apostar por los sectores industriales emergentes. Por ello, las principales exportaciones del país desde el 2014 se sitúan el sector de automoción, seguido de los productos agrícolas y alimentarios, los productos textiles y las industrias farmacéutica, aeronáutica y electrónica. Los principales productos importados son los derivados energéticos, cereales y productos industriales. Con datos de 2017, España se sitúa en el primer puesto de países proveedores de Marruecos, seguido de Francia – ambos manteniendo estos puestos en relación de clientes – y en tercer lugar China. El tercer cliente en este caso es Italia, seguido muy de cerca por Estados Unidos. Las oportunidades de negocio para empresas españolas son diversas, destacando el sector de equipos y componentes de automoción, los bienes de equipo y las materias primas industriales, maquinaria y equipamiento agropecuario. La ubicación del país hace de centro estratégico para aquellas empresas extranjeras que quieran establecer negocios en África, y las asociaciones público-privadas junto a la política de regionalización ofrecen nuevas oportunidades de inversión. Derivar el comercio controlado por las empresas estatales al sector privado podría promover la competitividad y revitalizar la productividad del trabajo y el capital, así como el fortalecimiento de la gobernanza haría aumentar la efectividad de las actividades públicas y reduciría las desigualdades.

La fuerte dependencia del sector agrícola y por consiguiente del clima, representan un obstáculo para el crecimiento del país. En general, el país presenta tres grandes desafíos estructurales: (i) el desarrollo del capital humano, (ii) la racionalización y optimización del sistema de protección social y (iii) la eliminación de las rigideces en el mercado laboral. En el momento actual y los años venideros, continúan los esfuerzos para mejorar las condiciones macroeconómicas del país. Entre los objetivos de la política presupuestaria se encuentran el aumentar el gasto social para un desarrollo más inclusivo y una gestión más rigurosa y prudente de la deuda.

Fuentes: ICEX y African Economic Outlook

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