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Mvet ai Mendzang : Beti-Cameroon

2005

Escuchando este disco de música camerunesa se comprende perfectamente la fascinación que las percusiones africanas despertaron y siguen despertando en numerosos compositores contemporáneos. La ausencia de cualquier melodía y su substitución por el ritmo entendido como principal elemento constructivo, la evolución de éste a partir de sutiles variaciones dentro de estructuras repetitivas, la complejidad de los desarrollos armónicos y, porqué no, el potencial hipnótico de estas sonoridades capaces de producir el trance casi sin proponérselo, serían algunas características en general de la música africana y de estas grabaciones en particular. Los instrumentos utilizados aquí por los beti, uno de los pueblos habitantes del sur de Camerún, son sobre todo dos: el mvet, una especie de cítara de cuatro o cinco cuerdas elevadas sobre un largo mástil que se sirve de calabazas huecas a manera de cajas de resonancia, y el mendzang, xilofón portátil de
madera. Del primero se considera que, animado por un espíritu o un músico realmente inspirado (¿son realmente cosas tan distintas?), habla con la voz propia de un ser humano; del segundo, tocado habitualmente durante las festividades por formaciones de varios instrumentistas, responsables cada uno de unos tonos determinados, se dice no sólo que habla, sino que representa a los diversos miembros de una familia, jerarquizada según su grado de importancia dentro de la colectividad (el padre, la madre, los hijos...). La primera parte del disco está dedicada al mvet y a sus espectrales texturas acústicas, la segunda al medzang y a sus precisas estructuras rítmicas; ambas harán especialmente felices a todo aficionado a la música minimalista americana y, en realidad, a cualquiera interesado por los sonidos más excitantes del planeta.